Los ministros de la Sección 2ª firman tesis sobre el tema y la decisión tiene validez para otros casos idénticos.
Por unanimidad, los ministros de la 2ª Sección del Superior Tribunal de Justicia (STJ) confirmaron, este miércoles (10/9), la vigencia de la ley de propiedad industrial (Ley 9.279/96) y otorgaron a Monsanto la protección de la patente de creación de semillas de soja transgénica Roundup Ready, conocida popularmente como “Soja RR”, validando el sistema de cobro basado en regalías de la empresa.
El asunto fue juzgado como un Incidente de Asunción de Jurisdicción (IAC) -forma, prevista en el Código Procesal Civil, de juzgar un asunto relevante, de gran repercusión social, pero que no se repite en varios casos-, en la REsp 1610728 /RS , informado por la ministra Nancy Andrighi. Además, el colegiado ha firmado tesis sobre el tema, por lo que la decisión se aplicará a otros casos idénticos.
El recurso fue propuesto por los sindicatos rurales de Passo Fundo, Sertão y Santiago, y por la Federación de Trabajadores Agrícolas de Rio Grande do Sul contra una decisión de 2ª instancia del Tribunal de Justicia de Rio Grande do Sul (TJRS). La discusión se refiere a la manipulación genética de la soja promovida por Monsanto, que creó la semilla transgénica “Round-up Ready Soy”, capaz de generar plántulas resistentes a los herbicidas formulados a base de Glifosato, proporcionando una importante ganancia en la producción.
Monsanto, con el fin de obtener la protección de patentes para el proceso de creación de semillas, estableció un sistema de recaudación basado en regalías, tarifas tecnológicas e indemnizaciones por el uso de semillas. Pero los gremios argumentaron que el tema habría que analizarlo desde la perspectiva de la Ley de Cultivares, no de la Ley de Patentes –que permitiría la reserva de semillas para resiembra y la venta de productos como alimento independientemente del pago de algún canon a la agroindustria gigante.
Sin embargo, la TJRS reconoció los derechos de propiedad industrial de Monsanto sobre la tecnología Roundup Ready aplicada a la soja y la validez de cobrar regalías a los productores rurales por cada uso o cultivo de las semillas guardadas, en los términos de la Ley 9.279/96. Los sindicatos entonces apelaron al STJ.
tesis firmada
El juicio en el STJ comenzó en abril de 2018, cuando el Tribunal aceptó la solicitud de Monsanto para que el caso fuera considerado un IAC. En junio de este año, la Sección 2ª comenzó a votar el llamamiento de los sindicatos.
En la ocasión, la ministra Nancy afirmó que a los agricultores no se les impedía utilizar soja convencional, pero desde el momento en que optaron por utilizar semillas transgénicas, por un invento patentado, el deber de contraprestación por la tecnología invertida era “ineludible”. Después de la votación del relator, el ministro Marco Buzzi pidió una opinión.
Este miércoles, al presentar su voto, Buzzi siguió el entendimiento de la ministra Nancy y la siguiente tesis propuesta por ella:
“Las limitaciones al derecho de propiedad intelectual contenidas en el art. 10 de la Ley 9.456, aplicables únicamente a los titulares de certificados de protección de cultivos, no son oponibles a los titulares de patentes de productos y/o procesos relacionados con los transgénicos, cuya tecnología esté presente en el material reproductivo de las obtenciones vegetales”.
Los demás ministros acompañaron también al ponente y, por unanimidad, se denegó el recurso.
Con la decisión, basta que las empresas registren la patente en el INPI (Instituto Nacional de Propiedad Intelectual) y, debidamente registrada, prevalece la ley de patentes.
Tras la decisión, el abogado de Monsanto celebró y dijo que el resultado fue importante, ya que trajo seguridad jurídica a las empresas:
“Esa es la importancia de esta sentencia, lo que se define hoy en el STJ es la posibilidad de que las empresas de biotecnología inviertan en nuevas tecnologías y pongan esas tecnologías a disposición de los agricultores con seguridad jurídica porque saben que las recibirán”, dijo Luiz Henrique Oliveira.
No descartó la posibilidad de que la otra parte recurra ante el Supremo Tribunal Federal, pero evaluó que sería difícil prosperar, por falta de fundamento para la discusión:
“Este es un asunto infraconstitucional, me resulta muy difícil que el Supremo (Tribunal Federal) acepte juzgar este asunto, pero no tengo ninguna duda de que la parte contraria apelará y tomará sus argumentos. Con lo que tenemos, ya anticipamos que no hay mucha base para una discusión en el STF”, concluyó.
Fuente: Karla Gamba vía Jota.